La lógica aristotélica se ocupa del estudio de los conceptos, y especialmente a los predicables y de las categorías (o predicamentos), que se completa con el análisis de los juicios y de las formas de razonamiento, también atiende a los razonamientos deductivos categóricos o silogismos, como formas de demostración adecuada al conocimiento científico.
El concepto es entendido como la representación intelectual de un objeto, diferenciándose, de lo sentido, lo percibido, lo imaginado o lo recordado. Las propiedades de los conceptos son la comprensión y la extensión: la primera denota las características esenciales que contiene un concepto y la segunda el número, la cantidad de sujetos a los que puede aplicarse, de los que se puede predicar.
Los conceptos son actos mentales que expresamos mediante el lenguaje. A esa expresión lingüística del concepto se le llama "término" y es objeto de la misma clasificación atribuida a los conceptos. La relación de dos conceptos da lugar a la formulación de un juicio. Si se da entre ambos una relación de conveniencia decimos que el juicio es afirmativo y en caso contrario, negativo. El sujeto del juicio es el concepto del que se afirma o niega algo, el predicado es el concepto que se afirma o niega del sujeto.
El razonamiento es un encadenamiento de juicios en el que partiendo de una proposición conocida se descubre otra u otras desconocidas. Del mismo modo que se distingue en el juicio una materia y una forma, se ha de hacer lo propio con el razonamiento; la materia próxima del razonamiento son los juicios, y la materia remota los conceptos (que son la materia de los juicios). La forma consiste el nexo o conexión legítima entre los juicios antecedentes y los consecuentes y se expresa mediante conjunciones como "luego", "por lo tanto", "por consiguiente", a través de las cuales se realiza el proceso de inferencia, la consecuencia de unos juicios a otros.Fuente: Wikipedia.